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Estas acciones para no ser víctima del bullying corporal nos corresponden a todos, al igual que evitar el shaming body y las etiquetas que fomentan la gordofobia y otras manera de discriminación por el aspecto de las personas.

En la vida muchos hemos tenido que lidiar con problemas de autoestima, vacíos emocionales y la gestión de sentimientos que nos generan malestar. Cada uno hemos atravesado por batallas personales que sólo nosotros conocemos y que, incluso, todavía no conquistamos del todo.  

No obstante, estas dificultades que tarde o temprano los humanos afrontamos, también tenemos que soportar el juicio ajeno.  

De un tiempo a esta parte, este juicio se ha visto acentuado debido a la posibilidad de que, en las redes sociales, cualquiera pueda expresar una opinión, no siempre positiva ni de buen modo; a veces infundada y con saña.  

Es el caso del bullying corporal y el body shaming, conductas sociales negativas y prejuiciosas, que depositan el foco de atención en la apariencia física de las personas. 

¿Qué es el bullying corporal? 

Con la proliferación de modelos de belleza impuestos por la moda y la mercadotecnia, tal parce que también apareció la “policía del cuerpo”. Un grupo de personas que, escudadas en el anonimato de los medios digitales, se dedican a juzgar a otras por las formas de su cuerpo.  

Al criticar a alguien por su apariencia física, les restan valor como persona, le juzgan y le agreden; en el peor de los casos lo exhiben ante los demás como algo vergonzoso. 

Hombres o mujeres, jóvenes o no tanto, nadie se escapa del bullying corporal. A las mujeres, por ejemplo, se les critica por su peso, su guapura, el tamaño de sus senos, su redondez o el grosor de sus piernas. A los hombres se les suele juzgar por su altura, su robustez, la calvicie, el vello corporal, su abdomen o el tamaño del pene.  

Los comentarios que se depositan en perfiles propios y ajenos son evaluaciones que nos hacen pensar que sólo valemos por la apariencia; que además exhiben a las personas para someterlas al juicio de los demás.  

Esta conducta es contagiosa. La gente se suma a la crítica inicial, el mensaje se viraliza y los individuos juzgados quedan completamente expuestos y vulnerables. No es de extrañar que esto provoque incluso suicidios en las víctimas de bullying corporal; en otros casos trastornos alimenticios como la bulimia, la vigorexia o la anorexia.  

¿Qué es el body shaming 

La motivación del bullying body no es otra que exponer un cuerpo a la burla de los demás. Es hacer que el otro se sienta avergonzado por sus formas. A eso es lo que se refiere el body shaming, que literalmente quiere decir avergonzar a alguien por su físico.  

En este juicio sumario, se habla del cuerpo ajeno como algo que está mal y debe cambiarse, aunque no se tenga control sobre la forma en que luce (como la estatura). Se opina sobre los cuerpos de los demás sin que se haya requerido dicho juicio, y ello es cada vez más normal. 

El body shaming se vuelve un círculo vicioso de prejuicios y críticas hacia los otros, en un espacio público como las redes sociales.  

Desde frases como “deberías ponerte a dieta” o “estás fomentando la obesidad” hasta ofensas y ataques más violentos son constantes. Y se practican más en sitios donde se busca hablar de body positive, ya que éste lucha contra la “vergüenza” que pudiera producirnos nuestro propio cuerpo y nos invita a trabajar en el amor propio y la aceptación de nosotros mismos tal como somos.  

Algo que la “policía del cuerpo” no admite. Las normas estéticas contemporáneas parecen ser muy rígidas y violarlas es motivo de linchamiento (al menos digital). Aquel que no cumple con las normas de la perfección y delgadez actuales es despreciado.  

El body shaming hace que las personas se comparen constantemente, siempre tengan sensación de insuficiencia, vergüenza y negatividad. Refuerza la idea de que las personas deberíamos ser juzgadas por nuestra apariencia.  

Gordofobia  

Quizás en el trasfondo del bullying corporaly el body shaming se encuentra la gordofobia. Un concepto que sirve para designar un sesgo automático e inconsciente que lleva a la discriminación, objetivación y minusvalía de las personas con sobrepeso, especialmente las mujeres. 

Sobre las personas de cuerpos grandes se depositan una serie de etiquetas y prejuicios que las asocian con la falta de autoestima, la glotonería, la inactividad física y sedentarismo, la soledad (porque no se considera que puedan tener una vida en pareja y mucho menos sexual plena).  

Las personas con cuerpos grandes tienen todas las desventajas y ninguna ventaja sobre el resto, se les valora menos y se les señala porque no pueden estar a nivel de otras, consideradas “normales”. Un modo de pensar que se caracteriza por hacer cargar con un estigma social a las personas obesas. 

Esta fobia, a diferencia de otras, no es una patología sino una postura personal frente a los demás. Pero al mismo tiempo puede ser un mecanismo de defensa porque quien critica considera que juzgar a otros le pone en una posición superior. Es más fácil avergonzar a otros y atacarlos antes de aceptar nuestros propios sentimientos e inseguridades. 

¿Cómo combatir el bullying corporal y el body shaming 

Es este un problema que se extiende, que no tiene fronteras —como no las tienen las redes sociales— y que daña cada vez a más personas, especialmente a las más jóvenes. Por ello hay que hacernos conscientes de que existe y de que debemos combatirlo.  

Algunas acciones para no ser víctima del bullying corporal son: 

  1. Trabajar con fortaleciendo el autoconocimiento y la autoestima.  
  2. Aprender a gestionar los vacíos emocionales
  3. Fomentar la imagen corporal positiva, especialmente en los niños.
  4. Promover la resiliencia como una forma de enfrentar la adversidad y la crítica. 
  5. Aprender a identificar debilidades y fortalezas. 
  6. Alejarse de las personas tóxicas que sólo se comparan y critican.  
  7. Practicar el auto amor y el body positive. 
  8. Depositar nuestros valores no sólo en lo físico sino en lo mental y espiritual. 
  9. Cuidar los pensamientos negativos y las ideas rumiantes que nos juzgan y castigan. 
  10. Dejar de seguir cuentas que sólo nos generan comparaciones y frustraciones.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA |SESIONES ONLINE 

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